*Una adaptación de un cuanto de Eraclio Zepeda
Narrador. Era un cierto día en la selva, que las aves encontraron un animal sumamente extraño, al que jamás habían visto. Por lo cual decidieron avisar al mono quien era considerado el más sabio del grupo.
Tucán.- ¡Mono!, ¡mono! Venimos ante ti para contarte algo muy importante, pero necesitamos que vengas a verlo tu mismo.
Mono.- Pero tucán... ¿Que pasa?, ¿por que tanto escándalo?, no ven que estoy espulgando a mis hijos.
Papagayo.- De verdad es muy importante que tu mismo lo veas.
Mono.- ¿Ver qué papagayo?
Tapir.- Ve mono, si dicen que es urgente es mejor que tu vayas, todos confiamos en ti.
Narrador.- El mono escucho al tapir, se apresuro y junto con las aves llegaron hasta el lugar indicado, donde los esperaba ya un tumulto de animales.
Papagayo.- Esto es lo que te queríamos enseñar, no sabemos que es, pero su chillido nos oriento para encontrarlo.
Tucán.- Nunca lo habíamos visto. ¿Qué es?
Tapir.- Habrá que ser muy cuidadosos, su apariencia es muy desagradable. No se parece a nada que hayamos visto.
Narrador.- Después de escuchar todos los comentarios de los animales, el mono quien era atinado en sus decisiones, decidió llevarse al animal de apariencia extraña al centro de la selva donde los animales fueron convocados.
Mono.- ¡Atención!, después de meditar sobre lo sucedido y observar al animal encontrado por las aves, considero en un acto de confianza y solidaridad, que debemos entre todos ayudar a este animal y vestirlo, darle forma, color y vida para que sea parte de nosotros, al ser nuestra creación.
Tapir.- Considero muy arriesgada tu propuesta, no sabemos sus intenciones, su naturaleza y lo que pudiera pasar.
Papagayo.- A mi me parece muy buena idea, hasta podria traernos ventajas. ¿pero como podemos ayudarlo? Con esas características que tiene seguro moriria pronto, no sobreviviria en la selva.
Tuca.- Es cierto, sera necesario proveerlo y arroparlo...
Mono.- ¡Haaa!, si lo vamos a vestir que sea con la mejores ropas, las mas hermosas; ustedes las aves son quienes tienen un plumaje brilloso con todos los colores. ¿Qué les parece si cada una de ustedes cede una de sus plumas a este infeliz?
Narrador.- Todas las aves estuvieron de acuerdo y cada una de ellas dono una de sus plumas, hasta que finalmente llegó un ave que no había dado su pluma, era el quetzal.
Quetzal.- Aquí esta mi pluma multicolor para volver a este animal tan feo en el mas hermoso. Cedo lo mejor: mi confianza.
Narrador.- Finalmente con la aportación de todos los animales, principalmente de las aves vistieron al nuevo integrante, quien al recibir las plumas, al tiempo descubrió nuevas facultades, también podía volar. Aquel animal que antes era feo, extraño y sin chiste, se convirtió en uno de los más hermosos, deleitando todos al volar por los cielos. Después de un tiempo el mono decidió convocar nuevamente a los animales.
Mono.- Animales!! Como todos sabemos, los ataques del tigre han azotado a toda nuestra comunidad, llenándola de pánico y miedo al salir de sus guaridas, ante esto, propongo que todos apoyemos en conferirle al nuevo miembro la vigilancia y seguridad, ya que es el mas rápido al volar, podrá avisarnos cuando el tigre ande cerca.
Quetzal.- Así como en la primera ocasión, todos debemos de estar de acuerdo, ya que con esto nos beneficiaremos todos nosotros.
Narrador.- Y así fue, como muestra de agradecimiento el nuevo miembro se encargo fielmente de la vigilancia, empero, al cabo de algún tiempo al ser la admiración de todos los demás animales, quienes frecuentemente lo halagaban, el animal empezó a descuidar su función y aprovecharse del poder que se le había otorgado para distraerse en otros asuntos, que provocaron nuevamente el ataque y muerte de los animalitos en garras del tigre.
Al ver lo que sucedió los animales nuevamente se reunieron pero ahora acordaron quitarle cada uno las plumas que le fueron otorgadas anteriormente.
Aquel animal fue despojado de todos los encantos de los que un día le fueron obsequiados y de su enorme poder; volvió a estar en el piso, arrastrándose, indefenso, sin ningún mecanismo de supervivencia y con un aspecto sumamente feo.
Narrador. Era un cierto día en la selva, que las aves encontraron un animal sumamente extraño, al que jamás habían visto. Por lo cual decidieron avisar al mono quien era considerado el más sabio del grupo.
Tucán.- ¡Mono!, ¡mono! Venimos ante ti para contarte algo muy importante, pero necesitamos que vengas a verlo tu mismo.
Mono.- Pero tucán... ¿Que pasa?, ¿por que tanto escándalo?, no ven que estoy espulgando a mis hijos.
Papagayo.- De verdad es muy importante que tu mismo lo veas.
Mono.- ¿Ver qué papagayo?
Tapir.- Ve mono, si dicen que es urgente es mejor que tu vayas, todos confiamos en ti.
Narrador.- El mono escucho al tapir, se apresuro y junto con las aves llegaron hasta el lugar indicado, donde los esperaba ya un tumulto de animales.
Papagayo.- Esto es lo que te queríamos enseñar, no sabemos que es, pero su chillido nos oriento para encontrarlo.
Tucán.- Nunca lo habíamos visto. ¿Qué es?
Tapir.- Habrá que ser muy cuidadosos, su apariencia es muy desagradable. No se parece a nada que hayamos visto.
Narrador.- Después de escuchar todos los comentarios de los animales, el mono quien era atinado en sus decisiones, decidió llevarse al animal de apariencia extraña al centro de la selva donde los animales fueron convocados.
Mono.- ¡Atención!, después de meditar sobre lo sucedido y observar al animal encontrado por las aves, considero en un acto de confianza y solidaridad, que debemos entre todos ayudar a este animal y vestirlo, darle forma, color y vida para que sea parte de nosotros, al ser nuestra creación.
Tapir.- Considero muy arriesgada tu propuesta, no sabemos sus intenciones, su naturaleza y lo que pudiera pasar.
Papagayo.- A mi me parece muy buena idea, hasta podria traernos ventajas. ¿pero como podemos ayudarlo? Con esas características que tiene seguro moriria pronto, no sobreviviria en la selva.
Tuca.- Es cierto, sera necesario proveerlo y arroparlo...
Mono.- ¡Haaa!, si lo vamos a vestir que sea con la mejores ropas, las mas hermosas; ustedes las aves son quienes tienen un plumaje brilloso con todos los colores. ¿Qué les parece si cada una de ustedes cede una de sus plumas a este infeliz?
Narrador.- Todas las aves estuvieron de acuerdo y cada una de ellas dono una de sus plumas, hasta que finalmente llegó un ave que no había dado su pluma, era el quetzal.
Quetzal.- Aquí esta mi pluma multicolor para volver a este animal tan feo en el mas hermoso. Cedo lo mejor: mi confianza.
Narrador.- Finalmente con la aportación de todos los animales, principalmente de las aves vistieron al nuevo integrante, quien al recibir las plumas, al tiempo descubrió nuevas facultades, también podía volar. Aquel animal que antes era feo, extraño y sin chiste, se convirtió en uno de los más hermosos, deleitando todos al volar por los cielos. Después de un tiempo el mono decidió convocar nuevamente a los animales.
Mono.- Animales!! Como todos sabemos, los ataques del tigre han azotado a toda nuestra comunidad, llenándola de pánico y miedo al salir de sus guaridas, ante esto, propongo que todos apoyemos en conferirle al nuevo miembro la vigilancia y seguridad, ya que es el mas rápido al volar, podrá avisarnos cuando el tigre ande cerca.
Quetzal.- Así como en la primera ocasión, todos debemos de estar de acuerdo, ya que con esto nos beneficiaremos todos nosotros.
Narrador.- Y así fue, como muestra de agradecimiento el nuevo miembro se encargo fielmente de la vigilancia, empero, al cabo de algún tiempo al ser la admiración de todos los demás animales, quienes frecuentemente lo halagaban, el animal empezó a descuidar su función y aprovecharse del poder que se le había otorgado para distraerse en otros asuntos, que provocaron nuevamente el ataque y muerte de los animalitos en garras del tigre.
Al ver lo que sucedió los animales nuevamente se reunieron pero ahora acordaron quitarle cada uno las plumas que le fueron otorgadas anteriormente.
Aquel animal fue despojado de todos los encantos de los que un día le fueron obsequiados y de su enorme poder; volvió a estar en el piso, arrastrándose, indefenso, sin ningún mecanismo de supervivencia y con un aspecto sumamente feo.
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